Sonría, por favor: solo con este gesto te sentirás un poco más feliz

21/11/2022

Sonría, por favor: solo con este gesto te sentirás un poco más feliz

Ríe, y el mundo entero reirá contigo. Llora, y llorarás solo.

Dae-su, personaje de la película coreana "Chico mayor”, repite estos versos de la poetisa Ella Wheeler Wilcox (1850-1919) mientras eboza una sonrisa forzada.

Al mismo tiempo trata de entender por qué lo mantienen preso durante cinco años en una casa sin más compañía que un televisor y un cuadro con tantos versos, para luego dejarlo en libertad con un teléfono móvil y una billetera con dinero. . Quieres saber más sobre esta misteriosa persona que tenderá a mirar la película. Él no se rendirá.

¿Estamos tristes porque lloramos o lloramos porque estamos tristes? ¿Puede una sonrisa, aunque sea falsa, levantarnos el ánimo? Charles Darwin, en su libro La expresión de las emociones en hombres y animales. (1872), ya describió el efecto amplificador de las manifestaciones físicas de las emociones (cambios fisiológicos, expresiones faciales…) sobre nuestras experiencias efectivas.

Basándose en estas ideas, el filósofo estadounidense William James y el médico danés Carl Georg Lange propusieron más de un tipo que estas experiencias estaban determinadas por la percepción de señales corporales generadas por la actividad del sistema nervioso periférico, como la frecuencia cardíaca o la frecuencia respiratoria.

La hipótesis de la retroalimentación

Desde entonces, ha sido una cuestión muy estudiada por la ciencia. Una de las líneas de investigación más prolíficas es la que explora la hipótesis de la retroalimentación o 'feedback' facial. Esta plantación afirma que la activación de los músculos del rostro implicados en la expresión de determinadas emociones influye directamente en la forma en que las experimentamos.

Así, fruncir el ceño nos haría sentirnos enfadados, mientras que la elevación de las comisuras de los labios incrementará nuestra sensación de beneficio.

La mayoría de estudios que han realizado esta conjetura se han basado en la simulación de expresiones faciales asociadas a emociones como la alegría o la ira. Cuando tras preguntar a los participantes por su estado de ánimo, el alcalde afirmó que estaban sintiendo la emoción de una forma más intensa que en situaciones en las que estos músculos no estaban activados.

Sin embargo, este procedimiento ha sido criticado por el hecho de que las personas pueden ser conscientes de estar generando una sonrisa o pidiendo amor a un ser querido.

Con el lápiz en la boca

Para resolver el problema, Fritz Strack y sus colaboradores (1998) desarrollaron el proceso de la lápiz en la boca. Estos investigadores informaron a una serie de personas que no les permitían participar en un estudio de coordinación motora que sujetaban para clavar un lápiz entre los dedos (como cuando forzamos una sonrisa) o entre los labios (lo que impide que se simule) como muchos tira comics.

Los resultados mostraron que los participantes a los que se les obligó a realizar el gesto de riesgo manifestaron divertirse más que a los que se lo impidieron.

Experimento del 'lápiz en la boca'. Fuente: 'Una prueba multilaboratorio de la hipótesis del feedback facial de Many Smiles Collaboration'. Comportamiento humano de la naturaleza (2022).
CC POR

Basándose en este tipo de hallazgos han desarrollado estrategias terapéuticas como la de invitar a dormir un segundo cada día tras un espejo para aumentar la sensación de bienestar. Incluso si ha llegado a proponer que la inyección de toxina botulínica en la comida reduce los síntomas de la depresión.

Sin embargo, otros trabajos no han podido responder de manera concluyente a la hipótesis del feed back. Por ejemplo, diversos estudios han demostrado que el mero hecho de sentir los sentimientos observados a través de una cámara puede hacer que este efecto desaparezca. En consecuencia, la presencia de este dispositivo reduciría la confianza en las inferencias que hacemos a partir de los movimientos de nuestros propios músculos.

Un estudio esclarecedor

Ante la contradictoria constatación, un estudio reciente en el que han participado más de 3.500 personas de 19 países (entre ellos, España y Venezuela) ha conseguido aportar datos más concluyentes.

En uno de los experimentos, los participantes deben reproducir el típico gesto de alegría que muestra la fotografía de un actor. Además, se instruyó a la gente a hacer películas que voluntariamente envolvieran algunos de los músculos en una sonrisa, lo que generaba expresiones de felicidad menos arcaicas. Cuando se les preguntó más tarde a los participantes sobre su estado de ánimo, estos dijeron sentirse más felices, mostrando un aumento similar en las tareas.

Además, se encontró que los efectos eran independientes de aquellas personas que eran conscientes de que estaban imitando una sonrisa o que estaban observando desde el costado de una cámara. Sin embargo, es importante resaltar que el incremento en el sentimiento de felicidad fue pequeño, semijante a lo que provoca perritos o fotos de bebés.

Finalmente, un grupo de participantes contribuyó al procedimiento de la pluma en la boca. En este caso, el aumento del sentimiento subjetivo de felicidad fue mínimo.

En definitiva, los resultados de este trabajo no aportan una base definitiva para la hipótesis de la retroalimentación facial, pero sí suponen una importante confirmación de aquellos movimientos específicos de los músculos implicados en la sonrisa, como el cigomático, o la imitación de las expresiones faciales. de alegría promueven un estado espiritual de felicidad.

Podemos concluir que soñar es suficiente para levantar nuestro estado de ánimo, aunque no lo sea. para tirar cohetes. Así que ya sabes, te gustaría sentirte un poco más feliz subir las medidas de los labios o mover las mejillas, pero no es necesario morirse a lápiz.

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