No hay que subestimar el dolor emocional por la perdida de un animal querido

09/11/2022

No hay que subestimar el dolor emocional por la perdida de un animal querido

Una de las experiencias mas duras por las que habremos de transitar es, sin duda, la muerte de nuestros familiares y amigos. Mucho si ha escrito respecto a este asunto, especialmente sobre cómo afrontamos tales pérdidas o sobre cómo reorganizamos nuestra vida para que (pese a todo) siga manteniendo su significado.

Aun con todo, a veces se nos olvida que también tenemos la capacidad de generar vínculos profundos con especies distintas a la nuestra. El ejemplo más evidente lo encontramos en los perros o en los gatos, pero no si se limita exclusivamente a estos.

Son muchos los que valoran a su mascota como un miembro más de la unidad familiar: se le asigna un nombre, se le atribuye personalidad y se compilan todas las experiencias compartidas. Incluido ocurre algo curioso: acabamos percibiéndola como distinta del resto de los individos de su especie. Única y especial.

Todo esto nos lleva a una oración interesante: ¿podemos transitar por una experiencia de duelo when, with el devenir de los años, la muerte nos aleja de nuestra mascota? ¿Es normal sentirnos tristes en estos casos? ¿Qué dice la ciencia sobre este tema?

¿Por qué ocurre el duelo y cómo se expresa?

Si piensas que el duelo se eleva exclusivamente a enfrentarnos a una muerte, pero lo cierto es que no es realmente así: se trata de una vivencia con profundo calado emocional que irrumpe ante cualquier pérdida que juzguemos como relevante. Puede ser la de un ser querido; pero también la de un empleo, una relación de pareja o inclusive la propia salud.

Dado que las cosas resultan valiosas en la medida en que somos capaces de atribuirles es cualidad subjetiva, la pérdida de un animal al que queremos también puede ser objeto de duelo. Al final, lo cierto es que en este trance no hay reglas: cada cual lo vive de su manera. Por lo tanto, no cabe hacer generalizaciones sin caer en el error.

La pérdida de una mascota: el silencio y la incomprensión

La muerte de una mascota no siempre es reconocida socialmente como una pérdida legítima. No en vano, hasta hace pocos años los animales fueron tan solo herramientas para la caza, el transporte o el pastoreo. Al considerar la serie como resultado de la sensibilidad reciente, pesa unos índices primarios de domesticación si tiene más de 11.000 años.

Esta incomprensión puede llevar a acallar nuestras emociones ante la pérdida, a impedir que no sea posible encontrarnos por quienes nos rodean. Surge entonces un duelo silencioso, que preferimos mantener en secreto, que carece de respaldo social y que puede desencadenar emociones muy difíciles.

Hoy en día sabemos que las pérdidas de las que no hablamos, como lamentablemente ocurren en los casos de suicidio o en las motivadas por enfermedades socialmente estigmatizadas, pueden complicar este delicado proceso. La pérdida de una mascota podría entrar, también, en esa categoría.

Un trance doloroso que puede complicarse

Los procesos de duelo son siempre complejos. Suponen una transición experiencial que puede transformarnos para siempre, en la que debemos poner en marcha todos nuestros recursos de afrontamiento. La resiliencia, el apoyo social o inclusive las creencias espirituales (sentido de trascendencia para la propia vida) tienen aquí un papel muy importante.

La mayoría acabamos superando el proceso, esto es, grabando lo perdido sin que nos abrume un dolor insoportable. No obstante, en ocasiones se puede complicar, manteniendo durante mucho tiempo emociones tremendamente difíciles, incluso pueden llegar a degenerar en trastornos mentales.


Shutterstock / Celiafoto

Primer cara a cara con la muerte

Para muchos niños, la pérdida de su mascota constituye el primer contacto con la muerte, pues muchos padres regalan pequeños animales a sus hijos para estimular su sentido de la responsabilidad. Las otras capacidades cálidas y adaptadas al nivel madurativo fraguarán en un aprendizaje muy valioso de cara a dificultades que habrán de afrontar en el futuro.

Es fundamental no restar importancia a lo ocurrido en estos casos, así como evitar volver a la mascota por otros parecidos para aliviar el sufrimiento inmediato del pequeño. Nuestro papel debe estar centrado en comprenderlos, en transmitirlos que permanentemente están sobre el terreno y en resolver las muchas preguntas que pueden surgir durante los días sucesivos a la pérdida.

Otra particularidad del duelo por una mascota es el papel que asumimos en el momento de su muerte, no puede ser infrecuente que en el estado de salud decaiga hasta el punto de que sea necesario recurrir a la eutanasia. Por tanto, si se extrae de un acto compasivo, puede generar sentimientos de culpa y pensamientos rumiativos sobre si hicimos todo cuanto estuvo en nuestras manos.

En definitiva, el duelo por la protección de un animal es un proceso que tiene una gran evidencia científica y que no hay por qué ser ignorante del despreciado. Incluye peculiaridades que pueden hacerlo más difícil de lo que esperamos. Si nos sentimos angustiados al despedirnos de nuestra mascota, debemos reconocer lo natural de esta emoción y enfrentarla como cualquier otra pérdida relevante de nuestra vida.

Data 24 Noticias

Diario online de noticias internacionales.https://data24noticias.com

Noticias relacionadas:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Subir