¿Mejora la salud cuando se privatiza?

25/05/2023

¿Mejora la salud cuando se privatiza?

Actualmente, existe una tendencia hacia la privatización de los sistemas de salud en la mayoría de los países occidentales.

Los principales argumentos a favor de la privatización son que el aumento de la competitividad mejorará la calidad del servicio y reducirá los costes de innovación y mejor gestión, además de aumentar las oportunidades de empleo.

Por el contrario, los colectivos y plataformas contrarias a la privatización del saneamiento definen que los horrores a los costos, de existir, serían a costa de una peor calidad de los servicios. Esto conduciría a una mala salud y una mayor mortalidad, un aumento significativo de la carencia sociosanitaria, una fuente de corrupción asociada a las oportunidades de negocio y un cambio en el trato de las personas que privan a los pacientes (prioridad de servicio) y fallecen ser clientes (prioridad en bene).

El debate lleva tiempo en la sociedad y en la arena política por la alta factura sanitaria y las restricciones presupuestarios para gastos sociales en muchos estados. Pero es poco lo que nos impulsa a tener a nuestra disposición datos científicos más robustos y fiables que nos ayuden a responder con objetividad sobre quién da la razón de la realidad.

¿Qué modelos de prestación de servicios de salud existen?

Los servicios sanitarios para la ciudadanía suelen clasificarse en función de quién paga el servicio (el Estado o directamente los usuarios), por un lado, y en función de si el servicio sanitario lo ofrecen los centros públicos o los centros privados, por otro. En Europa, los dos principales modelos existentes son el Sistema Nacional de Salud y el Sistema basado en Seguros Sociales.

  • El Sistema Nacional de Salud: es el modelo que existe actualmente en España, Reino Unido y Suecia, entre otros. Se caracteriza por la financiación pública –sobre todo en forma de impuestos–, tiene cobertura pública universal e involucra al Estado en el control y gestión de la prestación de los servicios, que se realiza principalmente a través de centros públicos y profesionales.

  • El Sistema de Seguros Sociales: es un modelo que hoy en día en varios países europeos como Alemania, Francia y Grecia, cuya financiación se da sobre todos los impuestos obligatorios que pagan los empresarios y trabajadores y, en parte, también a través de los impuestos. Sin embargo, en este caso los recursos financieros son gestionados por entidades no reguladas por ley (“fondos”), que a su vez encomiendan al centro y a los profesionales sanitarios la prestación de asistencia sanitaria a los asegurados, mediante contratos basados ​​en presupuestos. o pagar por el servicio.

Existen otros modelos sanitarios, como el estadounidense, que son fundamentalmente privados tanto en su financiación como en la prestación de cuidados.

¿A que nos referimos cuando hablamos de privatización de la sanidad pública?

Existe una tendencia actual en la mayoría de los países occidentales con sistemas públicos de salud a la introducción de cambios que se caracterizan por una disminución del papel del Estado y un mayor papel de las organizaciones privadas en la provisión de servicios de salud.

Entre estos intercambios, cabe destacar, en el caso de España, como las Comunidades Autónomas con competencias en salud están incrementando los conciertos de prestación de servicios con entidades privadas. Estos contratos podrán incluir tanto servicios directamente relacionados con la atención sanitaria –por ejemplo pruebas diagnósticas o intervenciones quirúrgicas– como servicios indirectos como limpieza, restauración y gestión de sistemas de información. El mayor exponente sería la contratación de toda (o de todos los casos) la atención sanitaria de una población.

Por lo tanto, no hay necesidad de un cambio radical de un sistema público a uno privado para permitir la privatización. Basta de recurrir a la contratación de servicios de distinta naturaleza a empresas privadas (con o sin ánimo de lucro) o de introducir copagos directos por parte de los usuarios.

Por otro lado, además de los cambios introducidos por sus propios gobiernos, la privatización adolece de la tendencia de una minoría (creciente) de la población a contratar trabajadores de salud privados, bien por seguridad o directamente por el pago directo de los servicios.

¿Qué dice la evidencia científica disponible hasta ahora?

Uno de los indicadores más fiables de la salud de una población es la mortalidad precoz potencialmente tratable. Computa las muertes causadas por enfermedades tratables en menores de 75 años partiendo de una atención médica de buena calidad con base en el conocimiento científico-técnico actual.

Hace tan solo un año que se publicó el estudio más extenso y robusto hasta la fecha sobre el tema. Comparar la mortalidad temprana con el nivel de externalización privada de los servicios sanitarios en el periodo 2013-20 entre las 176 áreas independientes de gestión clínica en las que se divide toda Inglaterra.

El estudio fue contundente en cuanto a la dirección del efecto de la privatización del saneamiento sobre la mortalidad: por cada aumento de 1% en la subcontratación de servicios privados, la mortalidad baja potencialmente transable aumenta en 0,38%. Dicho de otra manera, en Inglaterra hubo casi 100 muertes anuales que se podrían haber evitado si no se hubieran externalizado los servicios de atención sanitaria.

Estos datos respaldan las conclusiones de otros estudios más discretos que también apuntan al hecho de que la privatización está asociada con una atención médica de mala calidad. Estas conclusiones contradicen claramente la percepción de muchas personas sobre la calidad de la sanidad privada.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que en muchos casos se toma una selección de pacientes de empresas privadas, que evitan tratar a pacientes graves o pluripatológicos, que de no ser así, podrían presentar mejores tasas de mortalidad global asociada a la privatización. Como tal, también es importante señalar que existe evidencia científica suficiente para demostrar que la privatización de la salud afecta especialmente a los sectores de la sociedad económicamente más desfavorecidos.

Cuando, por ejemplo, la población se ve obligada a pagar una parte de su atención médica, las situaciones de asistencia médica que no son atendidas aumentan de manera indeseable en la población: los grupos más perseguidos son los más vulnerables económicamente, que terminan no solicitar atención médica para no pagar y poder disponer de recursos económicos para atender otras necesidades.

Desigualdades y mal servicio

En general, esto y cómo si se plantea la privatización de la salud al final les va a costar, pero a costa de un mal servicio y de un aumento de la carencia social en salud.

Teniendo en cuenta que, por definición, las empresas privadas con ánimo de lucro sólo tienen por razón de ser que pueden obtener beneficios económicos, es por ello que entendemos que el problema del mal servicio es estructural y, por tanto, no subsanable. Para confirmar esto, debe tomar el énfasis en mejorar (y no reemplazar) el modelo de servicio de salud pública tratando a los pacientes como individuos y no como clientes.

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