Los medios de comunicación pueden aumentar o reducir la gordofobia

25/01/2023

Los medios de comunicación pueden aumentar o reducir la gordofobia

La obesidad no es simplemente el resultado de un estilo de vida inadecuado: es un problema complejo y multifactorial. Sus causas están relacionadas con la biología y el comportamiento, pero también con cambios fisiológicos, enfermedades, estrés… Y todos estos cambios están dentro de un contexto cultural, ambiental, económico y social concreto.

Esto implica que la obesidad no es una cuestión de responsabilidad individual, sino del empleo en general. Y debe ser abordado como tal. Por ello, la OMS ha afirmado recientemente que la prevención y el manejo eficaz del sobrepeso requieren un enfoque integrado, que involucre acciones en todos los sectores de la sociedad.

Además de los efectos negativos en la salud de las personas afectadas, muchas de ellas son víctimas del estigma o gordofobia, lo que provoca su exclusión y marginación, y de lugar a desigualdades.

La gordofobia se alimenta de la creencia de aquellas personas que, por lo tanto, tienen sobrepeso, son perezosas y glotonas, y que no tienen fuerza de voluntad ni autodisciplina para mantenerse delincuentes. Según esta opinión, la obesidad sería simplemente una elección de quien la padece, y sólo es su responsabilidad evitarla.

Una nueva narrativa sobre la obesidad

Coincidiendo con el Día Mundial de la Obesidad de 2020, se publicó un estudio sobre las causas y consecuencias del estigma del peso y la importancia de abordarlo no solo como un supuesto de salud pública, sino también como derechos humanos y sociales. Los autores tenían como objetivo novedoso abordar la brecha existente entre las narrativas estigmatizantes en torno a la obesidad y el conocimiento científico actual sobre los mecanismos de regulación del peso corporal.

Según este estudio, las pruebas científicas demuestran que el peso regular no depende únicamente de la voluntad personal, sino que existen factores biológicos, genéticos y ambientales que contribuyen de manera decisiva. Sin embargo, en las campañas de salud pública, en el discurso político, en los medios de comunicación e incluidos en la literatura científica, siguen las indicaciones de la responsabilidad individual como principal causa de la obesidad. Esta narrativa revela un importante artículo sobre la expresión del estigma social y refuta los estereotipos basados ​​en el peso.

Por lo tanto, es necesario un esfuerzo conjunto de todas las partes interesadas -incluidos profesionales de la salud, investigadores, gestores políticos, pacientes y medios de comunicación- para establecer una nueva narrativa que cambie el papel de las personas con obesidad villanos a víctimas y elimine el estigma y la discriminación por peso.

La influencia de los medios de comunicación.

La persona media ocupa una posición privilegiada para acceder a la alcaldía de la población y tiene la capacidad de influir y condicionar la percepción que tiene la ciudadanía sobre el grave estado de los enfermos.

Ha demostrado que informar de manera más objetiva y pedagógica sobre los dolores contribuye a que comprenda mejor cómo tratarlos. Por el contrario, si la información es deficiente, puede confundir, crear ansiedad e incitar al público a tomar decisiones equívocas. La forma en que la persona promedio representa la obesidad es, por lo tanto, importante para aumentar o reducir el estigma que tienen las personas con sobrepeso.

Esta influencia mediática se encuentra dentro del proceso de construcción social de la realidad, de acuerdo a que los medios no solo informan, sino que construyen la realidad e influyen en las opiniones y actitudes de los públicos. De esta forma, la edad media moldea nuestra percepción del mundo y tenemos partícipes en su forma de entenderlo.


Shutterstock/Tero Vesalainen

Contra la gordofobia en los medios

La imagen que comunica el medio de comunicación de la obesidad en el menú transmite prejuicios que perpetúan el estigma. Lo hemos hecho mediante el uso de escenarios, imágenes y lenguaje que tratan el sobrepeso como un problema de responsabilidad personal más que debido a factores sociales.

El tratamiento adecuado de la información puede contribuir a la eliminación de la gordofobia. Para eso, son útiles las guías que han desarrollado diferentes organizaciones y grupos.

La OAC (Obesity Action Coalition) ha editado una publicación que recoge diferentes trabajos y ofrece una galería de imágenes gratuitas de prejuicios que pueden utilizar las revistas.

Otra de las guías de referencia es la editada en Argentina por el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo.

En tercer lugar, en el estudio de 2020 mencionado más recientemente, se incluyó una declaración de consenso conjunto, elaborada por 36 expertos internacionales, con recomendaciones para eliminar los sesgos de peso.

Entre las recomendaciones recibidas de estas guías, evitar reproducir estereotipos que asocian gorduras con falta de ejercicio, desnutrición y falta de voluntad, ni aquellos que asocian gorduras con enfermedad o delgadez con buena salud.

También es necesario evitar toda ridiculización de las personas por sus características físicas y evitar describir el peso corporal con terminología y lenguaje que pueda resultar ofensivo. Se trata de situar a las personas ante enfermedade y no etiquetarlas.

En definitiva, dado el papel fundamental de los medios de comunicación en la percepción del público, es necesario su compromiso para ofrecer una imagen justa, precisa y no estigmatizante de la obesidad.

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