El día que Giuseppe Meazza eliminó a Brasil agarrándole los pantalones

Fue dos veces campeón del mundo con Italia. en los años 30 Fue considerado el mejor jugador del mundo. Cuando murió, en 1979, Su nombre y apellido fueron inmortalizados en el bautismo de uno de los estadios más emblemáticos del planeta Pero hay algo en su historial de servicio que también lo distingue del resto. Giuseppe Meazza tuvo el placer de eliminar a Brasil agarrándose los pantalones…

La secuencia es breve pero inolvidable. El delantero italiano, en una de las semifinales del Mundial de Francia 1938, se plantó frente al portero brasileño para lanzar un penalti. Pasaban 15 minutos del segundo tiempo y el partido estaba empatado a cero.

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En ese momento, cuando comenzó la carrera hacia la pelota, sus pantalones le jugaron una mala pasada: se le cayeron. Increíblemente, Meazza no solo no disminuyó la velocidad, al mismo tiempo los sujetó con la mano derecha y pateó a la portería. Ese grito empezó a sacar a Brasil del Mundial.

Giuseppe Meazza lo hizo bien desde abajo

Nacido el 23 de agosto de 1910, Giuseppe Meazza creció en las afueras del barrio de Porta Vittoria, uno de los barrios más pobres de toda Italia. Su padre murió en la Primera Guerra Mundial cuando él tenía 7 años. Trabajaba con su madre vendiendo frutas, a cambio de poder jugar un momento en los pequeños campos de su pueblo. A los 14 años fue a probarse en el Milán pero no lo ficharon porque era demasiado flaco. Allí fue al Inter... Con el tiempo, sería el ídolo de ambos equipos.

Meazza fue el emblema del bicampeón mundial en las Copas Mundiales de la FIFA de 1934 y 1938, de la mano de Vittorio Pozzo como entrenador y bajo la atenta mirada de Benito Mussolini constantemente amenazando de muerte al plantel en caso de no conseguir la victoria.

Pozzo sugirió que su presencia era como comenzar “todos los partidos arriba 1-0”, mientras que el portero Aldo Olivieri dijo que era “como tener un equipo de doce hombres”.

en ese mundial Meazza estuvo a la sombra goleadora del brasileño Leónidas da Silva (marcó 8 goles) y su compañero Silvio Piola (5 goles)aunque en el mano a mano entre italianos y brasileños, el exquisito delantero izquierdo fue el vencedor.

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En ese partido, Italia tuvo un penalti a favor cuando el marcador aún estaba cerrado. Luego, Meazza echó a correr y cuando estaba a dos pasos de alcanzar la pelota se le cayeron los pantalones. El ejecutor, sin estar nada nervioso, rápidamente la levantó con la derecha y sin darle tiempo a Walter, el arquero brasileño, convirtió el remate desde doce pasos.

Meazza acababa de ganar la Copa de 1934 en casa y cuatro años después volvía a brillar en Francia. Ya capitán y con más experiencia, “Peppino”, como le llamaban, se convirtió en uno de los futbolistas más importantes de la historia.

Un texto de Eduardo Galeano sobre el Giuseppe Meazza

escritor uruguayo Eduardo Galeano, una de las plumas más futboleras de Latinoamérica, recreó con sus palabras aquel insólito penalti del Giuseppe Meazza contra Brasil.

“Meazza colocó la pelota en el puesto de tiro. Era el galán de la foto. Bajito, guapo, enamorado, elegante tirador de penaltis, levantaba la cabeza esquivando al portero, como un torero en el set final. Y sus pies, ágiles y sabios como manos, nunca se equivocaron. Pero Walter, el portero brasileño, era un buen parador de penaltis, y creía en ello. Meazza se lanzó hacia adelante y justo cuando estaba a punto de golpear, se le cayeron los pantalones. El público quedó atónito y el árbitro casi se traga el silbato. Pero Meazza, sin parar, agarró el pantalón de un manotazo y golpeó de risa al portero desarmado. Ese fue el gol que lanzó a Italia a la final del campeonato".