El cuarto invierno pandémico se acerca

11/10/2022

El cuarto invierno pandémico se acerca

Viene el invierno. Era el nombre del episodio piloto de la serie de televisión. juego de tronos en 2011. El invierno, estación asociada a la oscuridad y al frío, siempre nos crea cierta aprensión. Muy especialmente desde que el coronavirus causante del covid-19 irrumpió en nuestras vidas.

Sobre el historial no es para menos. En 2020, al inicio del invierno nos sorprende un nuevo coronavirus que, ya entrados en marzo, provocó la primera ola pandémica en España. El próximo invierno (2020-2021) sufrimos la tercera ola, con la variante alfa. Y en 2021-2022 la sexta ola, con ómicron BA.1, nos impidió recuperar la confianza.

Es evidente que la estación fría conlleva un mayor uso de los espacios interiores. En colegios, universidades, centros de trabajo, centros de ocio, centros sanitarios… Ahora que nuestro cuarto invierno pandémico está a las puertas, ¿qué podemos esperar?

Incidencia acumulada (IA) 14 días por 100.000 personas mayores de 60 años y mortalidad (TM) en 14 días por 1.000.000 de personas mayores de 60 años en España desde el inicio de la pandemia.
Modificado de: Ministerio de Sanidad. Informe nº 143. Situación del COVID-19 en España., Autor proporcionado

Tres cuartas partes de la población ha pasado la enfermedad

Colectivamente, España es un país muy vacunado. De los que mas. Y, ola tras ola, también muy realizadas. En abril, el porcentaje de población que había pasado la covid rondaba el 50%. Los datos preliminares de la segunda encuesta de seroprevalencia en la Comunidad Valenciana (todavía en curso) indican que tres cuartas partes de la población ha pasado la enfermedad al menos una vez, aunque los hay que más.

Las encuestas de seroprevalencia de Navarra y Madrid apuntan en la misma dirección: el colectivo “barrera inmunológica”, sobre todo frente a desarrollar covid-19 grave, es muy alta en nuestro país en este momento.

Pero también hay mucha incertidumbre.

El futuro inmediato depende de la duración de la inmunidad conferida por las vacunas, las infecciones o ambas juntas. Pero también de la evolución del virus (sobre todo de si aparecen nuevas variantes que desplacen a BA.5) y del comportamiento de la población que, a su vez, mira en relación con las estrategias de contción que adoptan las administraciones sanitarias.

Incertidumbre respecto a nuevas variantes y decaimiento de la inmunidad

Respecto al virus, llevamos meses viendo nuevos descendientes de ómicron con mayor capacidad de escape vacunal: BA.2.75.2, BA.5.2.1.7 (también llamada BF.7) BA.2.3.20, BQ.1.1 y alguna otra. Por el momento, ninguna parece desplazar a BA.5.

La excepción ha sido BA.2.75.2, provocando el repunte de este verano en la India y países cercanos. Pero solo ha alcanzado otros países y el brote en India ha sido contenido en cuanto a número de casos.

Proporción de secuencias (no casos) de las diferentes variantes frente a las costas de la pandemia en España, India, Reino Unido y Alemania. Fuente: Covariantes.
Autor proporcionado

En Europa, la variante dominante sigue siendo BA.5, presente en países como Alemania o Reino Unido, que están experimentados repuntes actuales. Más que a “escape vacunal” lo atribuimos a la vuelta de vacaciones (espacios cerrados en entornos laborales, de ocio, docentes, etc.). La buena noticia es que, por el momento, no se se está traduciendo en un sustantivo de hospitalizaciones.

El decaimiento de la protección frente a una infección es, sobre todo, cuestión de tiempo. Tiempo desde la última dosis o la última infección. Sabemos que las personas con inmunidad híbrida (vacunados que han pasado la infección) mantienen algo más de protección y algo más duradera. Y que en las personas mayores (que adicionalmente son las menos infectadas), la inmunidad decae antes.

La incertidumbre no se centra tanto en si tendremos un repunte de infecciones en el invierno, que es muy probable, como en cuántos casos graves se va a producir. ¿cuántas visitas a atención primaria se producirán? ¿cuantas hospitalizaciones? ¿Cuantas admisiones en UCI? Las vacunas parecen aguantar muy bien en este aspecto, pero muchas infecciones acaban por dar muchos casos graves.

Lo que sucedió este año apareció en gran medida de cómo sea la temporada de gripe. Llevamos 2 años sin quejas y las temporadas de 2018 y 2019 fueron tranquilas. Predeciblemente tenemos mucha población que lleva tiempo sin contacto con el virus de la influenza (y una pediátrica pediátrica de menos de 4-5 casos ni lo habrá conocido).

An alineamiento de covid, grip y bronquiolitis por virus sincitial volvería a poner al sistema de salud contra las cuerdas.

La pandemia aún aguanta cuerda para rato

Las pandemias no son sólo cosa de virus, bacterias o sistemas inmunológicos. También importan, y mucho, el comportamiento de las poblaciones que las sufren. Además, claro, de las estrategias adoptadas por sus autoridades sanitarias.

La idea de la “pandemia se ha acabado” (el “the pandemia is over” pronunciado por Biden) es prematura y, como poco, equívoca. Create confusion, desanima la dosis de refuerzo y dificulta las estrategias de reducción de la transmisión. Es cierto que la pandemia no aguanta el impacto de las primeras olas, lamentablemente. Pero aún guarda cuerda para rato. Aún causará daño. Y aún quedan cosas por hacer para reducir su impacto.

También crea confusión pensar que quienes han pasado la covid-19 son inmunes para siempre y no necesitan dosis de refuerzo. No lo soy, en cuanto los vacunados que han pasado la infección. Jugando con las palabras, tener más o menos protección inmunitaria no es lo mismo que ser inmune.

Entonces, ¿por dónde deberíamos seguir? Para la dosis de refuerzo en mayores de 60 años. La proporción de personas mayores que han pasado el covid es mucho menor en este grupo de edad. En ellos la inmunidad decae más rápidamente y su riesgo de desarrollar covid grave es mayor. Aunque cree o sepa con certeza que han pasado la covid. Y lo mismo se aplica a la vacuna de la gripe.

También necesita dosis de refuerzo y vacuna antigripal el personal sanitario. Vamos a necesitar que estemos a pie de centro de salud y en la cabecera del enfermo. Y, en este caso, no sólo son vacunas. Hay que prepararse, en lo posible, para un potencial mal año de afecciones respiratorias, sin que ello implique abandonar la atención al resto de los pacientes.

Reducir la transmisión de las infecciones respiratorias es también muy importante. A estas alturas, no importa tanto saber si es queja o covid-19. Olvidémonos de las pruebas. Lo importante es que todas las personas con síntomas respiratorios, sea lo que sea, lleven mascarilla y reduzcan lo máximo posible sus contactos con otras personas (especialmente si son mayores o vulnerables).

La ventilación cruzada en los espacios cerrados sigue es importante. Implica que habrá que comparar medidas antitransmisión con las de ahorro energético. Sí es posible (ojalá que no) que la evolución del virus en los próximos meses obligue a tomar otras medidas.

El invierno se acerca. Y no sabemos exactamente que nos traerá. Pero sí sabemos algunas cosas que podemos hacer para reducir los riesgos de vivir otra mala Navidad y otro desastroso Año Nuevo.

Data 24 Noticias

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