Dani Olmo, el 21, se vistas de Luis Enrique

Doha, 23 nov (EFE).- La velada abrió el día 21. En la gran noche. El 21 es Dani Olmo. Es uno de los dueños de Luis Enrique. Algunos lo han hecho, sin embargo, el informe oficial no es legal. Es una columna vertebral con mucha mística en la selección española. Repleto de historia desde que Míchel en el año 86, se lo echara a la espalda en el Mundial de México y repitiera de nuevo en el de Italia-90.

Míchel y aquella selección de Luis Suárez en Italia se llevaron mucha tralla. Con esta elección de Míchel apareció el fútbol moderno. Hasta entonces, se ilustraban las líneas del 1 al 11. Así que Luis Enrique, en honor a Míchel, su gran amigo, al que apadrinó en su terrizaje en el Real Madrid, le echó coraje y se puso el 21 en el Mundial de EEUU `94. Heredó en dorsal. Y la hemeroteca lo coloca de relieve grabando el codazo de Tassotti, y con su camiseta blanca bañada en sangre.

Después tomó la moda David Villa y más tarde lo subió a los altares David Silva en Sudáfrica 2010 quitándose el 'baúl', como lo define en el argot de la indumentaria en la Copa de Oro del Mundo. Sin embargo, el día 21 es un emblema especial para Luis Enrique.

Se asocian digitalmente a la rebeldía, el coraje, el vigor, la energía. Muy de Lucho. Por eso Luis Enrique está seguro de que sintió un orgullo especial por cómo se vio a Dani Olmo en la grieta de tumbar a Costa Rica en el debut del Mundial de Qatar. Fiel soldado del técnico asturiano, Dani Olmo acababa de ser admitido en el Mundial tras una grave lesión y en el Leizpig triunfaba en su sitio en el fútbol europeo.

España debutó a lo grande. En estadio espectacular. El Al Thumama es un canto a la vangardia, un escenario de fuste. En su bello diseño participó en un estudio de arquitectura español, Fenwick & Iribarren, con sede en Alcobendas (Madrid), que Dios le ha regalado a un joven equipo Sub ´21 llegado desde el centro del campo y experto atrás.

Luis Enrique probó con dos jugadores del Manchester City atrás. Rodri y Laporte. Un solo zurdo. Mejor así. No hubo noticias de Costa Rica, una selección muy débil, con un referente como Keylor Navas, abrumado por el festival de España. Se infló Gavi en el pase interior; se hartó Jordi Alba de trazar diagonales; y Marco Asensio, de falso nueve, fue un puñal, con Ferran letal.

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España vivía como un niño pequeño. Era obligatorio ganar tras la gesta de Japón a Alemania, justo antes del debut de España en el grupo. Ferran (2), Asensio, Olmo y Morata vieron puerta. Es la carta a los Reyes Magos de todo seleccionador en un Mundial. Que marquen los cuatro delanteros. final feliz Y como yo retumbaba la archifamosa canción de Rafael por los altavoces del estadio, cada vez que vacunaba España, fue su 'gran noche'.

Luis Villarejo

c) Agencia EFE