Cómo protegerse a sí mismo (y a sus perros)
29/09/2022

Antes de nadar o pescar en lagos, ríos u océanos, consulte las advertencias locales sobre el agua.
No se puede saber si una floración de algas es tóxica con solo mirarla, por lo que los CDC aconsejan: "En caso de duda, manténgase alejado". No entre en agua que huela mal, que esté descolorida, que tenga animales muertos flotando en ella, o que tenga una escoria espumosa o vetas parecidas a pintura en su superficie.
“Puedes distinguir un lago que tiene floraciones de algas, que tiene esa película en la parte superior”, dijo Erika Holland, profesora asistente de ciencias biológicas en la Universidad Estatal de California, Long Beach, a BuzzFeed News. "Como excursionista experimentado, siempre te dicen que no bebas agua estancada".
Si entra en contacto con agua contaminada, los CDC recomiendan que se enjuague lo más rápido posible con agua limpia y fresca. Busque tratamiento médico lo antes posible si presenta algún síntoma, o llame al Centro de control de envenenamiento.
En el caso de los animales, asegúrese también de mantener a las mascotas o al ganado alejados del agua que experimente la proliferación de algas nocivas.
Si su perro nada en una flor, use agua limpia y fresca para lavarlo inmediatamente y evitar que lama cualquier cianobacteria que aún pueda estar en su pelaje. Llame a un veterinario si el perro presenta tropiezos, convulsiones, espuma en la boca, vómitos u otros síntomas inexplicables.
¿Por qué se propagan las algas verdeazuladas?
Varios factores inducidos por el hombre están contribuyendo a una propagación en las condiciones del agua que conduce a la proliferación de algas nocivas en todo el mundo.
El primero es la gestión de la tierra. La escorrentía agrícola, como los fertilizantes, y la escorrentía urbana, como las aguas residuales, depositan nutrientes adicionales en los cuerpos de agua, lo que estimula la eutrofización. La construcción de represas también ha ralentizado el movimiento del agua en algunas áreas, creando cuerpos estancados que fomentan las cianobacterias.
Pero el cambio climático también está provocando temperaturas más altas y cuerpos de agua más cálidos que estimulan el crecimiento de cianobacterias. Las sequías también provocan que el agua y los nutrientes se condensen en los niveles reducidos de los lagos.
"Si seguimos viendo calor extremo, si seguimos viendo sequías", dijo Caron, "probablemente veremos más de estas toxinas producidas y la posibilidad de que más animales y humanos se interpongan en el camino de esas toxinas".
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